Solo yo
En los días que envueltos en tristeza, no conozco el abrazo ni el consuelo de quien disfrute mis penas y alegrías. Soy ignorante del consuelo que existe de la afectuosa mano que se agita en la cabeza o del caluroso abrazo que transmite fortaleza. Por una intimidad y reserva por un interior que no muestro existen mis penas todavía inmaculadas de ojos ajenos. Invoco desde el corazón mis versos, que como puertas de salida al mundo exterior se pierden silenciosos sin mostrar este dolor. Pero cada letra de estas líneas las cambiaría por sentir las palabras sabias y dulces del Angel que me guía. Aunque busco el consuelo en las estrellas cada noche como esta, no te encuentro y con el pasar del tiempo mis ojos se cierran. Entonces en silencio, resignado ya al olvido sólo tengo un pensamiento: esperar el momento que mi Alma pura se aleje de mi cuerpo. Syd.