Te esperaba para despedirme

Esperarte tres horas, quiźas media más.
Eso es nada.
 
Aguardaba hace años y no lo sabías.
Y ahora estás aquí.
 
No puedo más que hablarte, mirarte, observar tu pequeña figura, tus hombros, tus manos. Oír tu voz fingiendo que te escucho, pero mis pensamientos están clavados en tus labios rojos. Y no sabes cuánto me cuesta no suspirar mientras me extravío en aquel carmesí.

Pero ya debes partir a tu destino,
y creo que esta vez será para siempre.
 
Quisiera saber que en algún otro universo,
tú y yo tenemos tiempo para más.

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