La paloma
Te conocí en la cornisa de mi habitación, al mediodía cuando el sol entraba, las hojas caían de los fresnos que rodeaban mi morada y el viento refrescaba como el agua fría de la playa que veía cada mañana, desde la ventana donde tu me visitabas.
Que graciosa tu mirada era, tan dulce y misteriosa, tan profunda y desinteresada. Tu cuerpo grácil y juvenil, pequeño, delicado; tus curvas suaves y proporcionadas, guardaban tras de si, la fuerza del ser vivo que no se deja morir.
Cada día dejabas que me acerque mas a ti, cada día que pasaba me sentía mas feliz. Prudente por naturaleza, te cuidaste y con cautela dejaste que el tiempo probara mi paciencia, sólo permiste un paso en cada visita que me hacías.
Cuando ya mi mano te alcanzaba, ese día te alejaste y nunca más te ví. Yo sé que te enteraste de mi desliz, no traicioné tu confianza pero si de quien te mandó hacia mi. Allende el tiempo, siento que me falta tu compañía.
¡Qué el Cielo perdone mi ignoracia y castigue mi falta de constancia! por un instante doloroso que caiga sobre el culpable la espada de Damocles y sea la manzana de Penia el alimento que merezca aquel vil rastrojo.
Ya que nunca volverás me vestiré de negro, y en este hondo pesar te buscaré en mis sueños para verte volar. Porque tu amistad silenciosa alegraba mis mañanas y como las rosas, adornabas la ventana donde descansaste y dejaste un recuerdo tan bello.
Syd.
Que graciosa tu mirada era, tan dulce y misteriosa, tan profunda y desinteresada. Tu cuerpo grácil y juvenil, pequeño, delicado; tus curvas suaves y proporcionadas, guardaban tras de si, la fuerza del ser vivo que no se deja morir.
Cada día dejabas que me acerque mas a ti, cada día que pasaba me sentía mas feliz. Prudente por naturaleza, te cuidaste y con cautela dejaste que el tiempo probara mi paciencia, sólo permiste un paso en cada visita que me hacías.
Cuando ya mi mano te alcanzaba, ese día te alejaste y nunca más te ví. Yo sé que te enteraste de mi desliz, no traicioné tu confianza pero si de quien te mandó hacia mi. Allende el tiempo, siento que me falta tu compañía.
¡Qué el Cielo perdone mi ignoracia y castigue mi falta de constancia! por un instante doloroso que caiga sobre el culpable la espada de Damocles y sea la manzana de Penia el alimento que merezca aquel vil rastrojo.
Ya que nunca volverás me vestiré de negro, y en este hondo pesar te buscaré en mis sueños para verte volar. Porque tu amistad silenciosa alegraba mis mañanas y como las rosas, adornabas la ventana donde descansaste y dejaste un recuerdo tan bello.
Syd.
Cada vez que leo tu blog dejas en mi, una sensación que no se como explicarlo !!!
ResponderEliminarNo te preocupes por " La Paloma " aunque haya volado lejos, surcando nuevos cielos, no dejes de extender tus manos cada mañana, mira siempre tu ventana cuando menos lo imagines, ella volvera a tu morada.
Luna.
Esta noche mi dolor es grande
ResponderEliminarHoy mi alma ha experimentado
Los tragos y sinsabores
Más amargos de la vida.
Mi tristeza y mi dolor
son como el otoño,
Cuales hojas caen de los árboles
Que llorarán por aquella primavera
Que ya ha partido.
Desde tu partida, amor mío;
He sido apabullada por una inmensa tristeza,
Siente la lluvia que moja tu rostro,
Esas son lágrimas que brotan del alma mía.
Caen por tu ausencia,
Como si supieran cuan lejos has partido,
Tu ausencia causa un infinito vacío
En mi corazón que sigue llorando
Desde tú partida...
Y.G. :P