Alguna vez existí
y yo te amé;
con intensidad, con pasión, con locura...
Pero no daré otro beso en tu mejilla,
porque te dejé partir, a donde hayas ido.
Despedirme de ti ha sido tan duro,
y ahora soy tan infeliz.
Creía que estaríamos unidos,
hasta el final,
¡o más allá!
Hoy no puedo mirar hacia atrás,
porque aún creo que estarás adelante.
Pues aceptar tu amor como imposible,
extinguiría todos mis sueños.
Y vivir sin un sueño donde no estás tú...
es no vivir.
No fue pecado,
ni una religión.
¡Amarte fue vida!
Y es que contigo...
por fin existí.
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