Amo a mi patria con idolatría
porque en su suelo prodigo he nacido,
porque en ella he gozado y he sufrido
y porque es madre de la madre mía.
Por ella, por mi Patria, yo daría
cuanto tengo el mundo de querido...
¡La vida, sin quitarle ni un latido,
si ella, mi Patria, me la pide un día!
Proscrito de mis lares, sólo anhelo
regresar a mi Tacna, dulce y bella,
para besar las piedras de su suelo.
Apiádate, Dios mío, de mi estrella,
y dame, al fin, el último consuelo
de ver mi Tacna y morir en ella!
Federico Barreto
A continuación presento el poema ganador del Concurso Poético Mi Querida Tacna, realizado en el mes de Agosto con motivo de las celebraciones de la ciudad de Tacna. Mi Querida Tacna Autor: Pacho No soy poeta , remarco, si , patriotismo, valga el intento de hilvanar versos, que me atrevo plasmar con sincretismo; único lenguaje de amor, sincero a pasos. Después del letargo sueño del cautiverio, osado es mencionar , el sufrimiento, flagrantes facetas de sacrificio, vocifera el auditorio, como ocaso crepuscular , que demuestra sentimiento. Palpitar de corazones de emoción en opulencia, con llamaradas incandescentes de alegría, la Patria orgullosa, te acoge con decencia; para concretizar ideales , megas con alegría. Grito de júbilo al infinito resalta, como ave que forja su destino, la Heroica en holocausto , como torre más alta, inaudito revés nos mostró el desatino. Mi querido Tacna , tierra milenaria, con cultura contemporánea , causas admiración, feha...
Y después, en esa noche, entre furias y tempestades, me acosté en lo que sería mi tumba, adormecido por el dolor, encontré la soledad. Allí, alejado de la luz y en medio del silencio, sentí el peso del olvido, sometido a fuertes tormentos. De tanto desear y sin conseguir el objeto de mis anhelos, el candil de la esperanza, que ilumina los días negros de los afligidos, se apagó definitivamente, extinguiéndose la única vida que se retorcía en mi. Amargamente grité en silencio, gemí entre mis sábanas, pronunciando sus dulces nombres, mientras mil lágrimas llenaban la vacuidad de mi triste morada. Con este preludio, iniciarion mis cantares de arrepentimiento. Siento el pesar de mi pasado cayendo sobre mis hombros y la angustia del pecador que se esconde de la Divina Luz. El silencio adormece mis sentidos. ¿Es esta la calma que le sigue a la tempestad? ¡Qué frialdad recorre mi cuerpo, que insensible es todo a mi alrededor! Tanto que el miedo se apodera de mi razón, y mi ...
He tenido un sueño contigo porque sólo esto puedo tener, pues tan lejos los dos estamos que ya nada se puede hacer. El tiempo me pide olvidarte pero este amor es tan grande, que cuanto más tiempo pase mucho más yo he de amarte. Contemplo los tiempo pasados desde mi angosta habitación, y te contemplo en silencio porque tu recuerdo es mi meditación. Despierto con la sensación de perderte con ese triste dolor, pero mi corazón vibra por ese encuentro que tuvimos en ese sueño de amor. Syd.
Antes de escribirte soñé cada noche contigo, Llorando de impaciencia por conocerte, Esperé sentir tu cariño junto al mío, Sabiendo que he pasado largos años en silencio, Salí a buscarte aún estando dormido, Anhelando tanto un feliz encuentro que no sucedió, No medí las consecuencias de esa amarga decisión, Despertando bruscamente por un fuerte resplandor, Rasgué mis vestiduras tras los errores cometidos, Abatiendo mi corazón para volver al silencio y al olvido. (Acróstico)
Hay dos personas en este mundo que no estuvieron destinadas a darse el más puro amor. Dos personas que no se vieron ni cruzaron sus caminos en este jardín olvidado por un tal dios. Dos memorias que nadie recuerda dos historias que nadie las cuenta dos corazones que laten alejados a la sombra de una triste razón. Dos cielos distintos uno oscuro de ignorancia y otro alumbrado de dolor pues uno blasfema en el silencio toda la angustia de la resignación. Dos ayeres distintos dos presentes olvidados dos mañanas separados y dos personas que jamás se amaron.
Es cuando recuerdo cada noche, que esta vida no tiene un fundamento, cuando veo pasar las horas y no encuentro la diferencia con todas las que ya conocí. Como esas hojas del árbol de mi ventana, transcurren los días de mi vida. Porque siento que mañana me levantaré para hacer lo mismo de hoy, y cuando caiga el sol, me preguntaré si aquel día fue mejor. Estoy cansado de trabajar, de descansar, de llorar o de reir, de amar, de odiar, en fin, cansado de todos los opuestos, cansado de caminar por los márgenes y hasta cansado de ir por el centro. Hastiado de la estupidez, de la avaricia, la indiferencia y toda la miseria que al hombre persigue, tanto que cada día me agobia con su carga, y ya nosé si soy uno de ellos o el que mejor las embarga. Si, también me he cansado de buscar y no llegar, de extrañarte cada día y saber que no volverás, de recordar lo que fui y entender que ya nada será, de descubrir la verdad y vivir en la mentira. Este dolor en mi cabeza, esta frialdad en mi corazón, ac...
¿Por qué me culpas? Si no fui yo el que se alejó, no hablas alegrías y tus manos sólo escriben versos de dolor. Las cosas que me gustan, para ti son tachas, y aún en las creencias que guardo en mi interior, tan sólo te muestro un ápice de esto y recibo un tormento de tus palabras, tan frías y distantes, que clavaste en ese momento una daga en mi corazón. En la dureza de tu vida he escrito mis hojas, he querido que mi tinta sea roja, como sangre que brota de mis dedos, para marcarte suficiente hasta que se evapore con el tiempo. Si no es amor lo que yo siento, es porque no has visto lo que hay aquí dentro. Si volvieras al camino de la felicidad, si te refrescaras con la sombra de la bondad, si comprendieras que la hiel que te rodea escapó de un orgullo vanal, convencida tu estarías que las sonrisas que me desacían, te abrirían las puertas que buscas y no encuentras, para tu pesar. Pero no es suficiente lo que yo hago, es poco y no hay más, porque la distancia es insalvable, aunque una v...
Es tu lejanía la raíz de mi tristeza ¡Ay amor! tantas noches por ti sollocé, tantos días recordé tu rostro; pero no volverás, lo sé, por esto sufro aún más. Si en mis sueños algún día yo te tengo, que nadie me depierte, que nada en este mundo me aparte de ti nuevamente, pues no ha sido fácil sobrevivir en la distancia, porque fue en tu presencia que realmente existí. Sigo cautivo esperando, tanto que deseo no morir, pero si el destino, antes que a mi te sorprende, allá iré a tu encuentro, pues en lontananza yo anhelo, que nuestras manos se crucen al fin. Syd.
El invierno ha llegado a mi vida y la vida como la conocía, ha llegado a su fin. La tormenta de mis penas me satura y el torrente desatado desde mis ojos, bañan con dolor cada día y cada noche de una recurrencia gris. Cómo entendería el mundo, la frágil existencia de los sufridos, de quienes, a fuerza de recibir los golpes morales por sus pecados, acaban rendidos ante el dolor. Hay tantas dudas en mi mente y siento tanto miedo, pero no tengo más compañía que la soledad, vieja amiga desde mi juventud. Ahora el cuerpo tiembla, las manos no obedecen, la respiración se agita, y los músculos se contraen. De pronto ya no percibo a la naturaleza, de pronto mis latidos bostezan, mis pensamientos se nublan y todos mis sueños cesan. Bendita Gracia, Padre de todos lo seres, cuánto quisiera saber que observas la cruz que arrastro, pero parece que Tus ojos son indiferentes con el padecimiento del arrepentido. Madre Divina, que siempre acudes ante tus hijos,...
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