El alma libre de Odiseo

Hoy fluyes por mis venas,
como manantial de agua fría.
Ahora agitas nuevas penas,
como antes eras mi alegría. 
 
Tinta roja que mi corazón derrama,
así estoy muriendo sin saberme tuyo.
Cada noche necesito estar en tu cama,
y espero tu llamada porque no concluyo.

No es la dulce espera, sino la tensa calma.
Saltaré al abismo cuando me ahogue la pena,
como Ícaro abatido con alas que estrena,
enterrando el cuerpo y volando con mi alma.

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