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Mostrando entradas de noviembre, 2008

La paloma

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Te conocí en la cornisa de mi habitación, al mediodía cuando el sol entraba, las hojas caían de los fresnos que rodeaban mi morada y el viento refrescaba como el agua fría de la playa que veía cada mañana, desde la ventana donde tu me visitabas. Que graciosa tu mirada era, tan dulce y misteriosa, tan profunda y desinteresada. Tu cuerpo grácil y juvenil, pequeño, delicado; tus curvas suaves y proporcionadas, guardaban tras de si, la fuerza del ser vivo que no se deja morir. Cada día dejabas que me acerque mas a ti, cada día que pasaba me sentía mas feliz. Prudente por naturaleza, te cuidaste y con cautela dejaste que el tiempo probara mi paciencia, sólo permiste un paso en cada visita que me hacías. Cuando ya mi mano te alcanzaba, ese día te alejaste y nunca más te ví. Yo sé que te enteraste de mi desliz, no traicioné tu confianza pero si de quien te mandó hacia mi. Allende el tiempo, siento que me falta tu compañía. ¡Qué el Cielo perdone mi ignoracia y castigue mi falta de constancia!

Tu amor quisiera

Si yo pudiera decir lo que pienso Si en mis pensamientos pudiera plasmar lo que siento Si lo que siento fuera puro Y si lo puro existiera... De ti tu amor quisiera Para alejar de mi lo oscuro Limpiando mis virtudes de un burdo lamento Que me tiene como un cielo borrascoso. Syd.

¿Por qué me culpas?

¿Por qué me culpas? Si no fui yo el que se alejó, no hablas alegrías y tus manos sólo escriben versos de dolor. Las cosas que me gustan, para ti son tachas, y aún en las creencias que guardo en mi interior, tan sólo te muestro un ápice de esto y recibo un tormento de tus palabras, tan frías y distantes, que clavaste en ese momento una daga en mi corazón. En la dureza de tu vida he escrito mis hojas, he querido que mi tinta sea roja, como sangre que brota de mis dedos, para marcarte suficiente hasta que se evapore con el tiempo. Si no es amor lo que yo siento, es porque no has visto lo que hay aquí dentro. Si volvieras al camino de la felicidad, si te refrescaras con la sombra de la bondad, si comprendieras que la hiel que te rodea escapó de un orgullo vanal, convencida tu estarías que las sonrisas que me desacían, te abrirían las puertas que buscas y no encuentras, para tu pesar. Pero no es suficiente lo que yo hago, es poco y no hay más, porque la distancia es insalvable, aunque una v

La esperanza en el Alma

Cuánta quietud en esta noche, cuánto vacío en el código que se envía, yo siento un frío enorme que recorre cada palmo de mi vida, en noches como esta, cuando te veo pero me olvidas. Te miro y es como un loco despertar, tus pensamientos se me escapan tan lejos que no veo a donde van. Lejanos aquellos tiempos cuando feliz me sonreías, cuando el calor de tus labios, me transmitía la dulzura de la vida. Irreconciliables somos, en perpetuo olvido he quedado, tu ya miras otros nombres y ni ves lo que yo espero. Como de ti no viene nada hacia mi, me cobijo en la sombra de un viejo jardín. Aquí apartado en silencio, escucho un fuerte lamento, y al buscarlo por ahí, encuentro un corazón que grita desde adentro: "déjame salir, en tu pecho no quiero mas sufrir, buscaré calor para vivir" Pues ya sin corazón no queda sufrimiento, sólo aquel tormento que cobija mi entendimiento. Mi mente sueña despierta, vuela por el cielo como paloma mensaje, llevando un austero ayayero "espera coraz

Angustia

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Es el olvido, el engaño y la angustia del no vivir, asustado por un silencio y breves latidos dentro de mi. De poco andar mi vida se va, de poco amar mi corazón se queja. Como ha sido antes de ti, hoy la angustia abraza mi existencia y en un cáliz ¡ay de mi! vierte mi sangre, la arroja a la tierra que a su paso abre, una vorágine de dolor, con llamas que consumen mi elemento interior. En mi pesar veo la inexistencia de un tiempo paralelo, el de mis sueños, donde el néctar y la ambrosía me alimentan cada día. Pero no, en un giro universal, la fuerza me arroja muy lejos del centro. Aquí lejos no llega la luz ni siento el aliento, sólo el frío intenso de un triste vacío. Syd.