Poemario Aficionado

Y si te he manchado, será por casualidad, por un resorte que has apisonado con vehemencia sin dejarlo escapar; yo te quiero profundamente pero eso no has de mirar. Y si he llorado por ti, eso jamás lo sabrás, porque sumida en una necesidad, lamentos y no se que más, arrojaste sobre mi una cadena que pesa sin respetar mi libertad. Y cómo es que te quiero, eso no lo sabes, sólo te digo que en mi corazón hay un gran abismo que lo abre en dos, porque tu sufres sin que yo pueda hacer nada y te hundes más adentro. Y en la distancia vivo desatado, como una tormenta que acecha todo a su alrededor; alejando a quien se acerca, en espera de tu tiempo mejor. Y en dos caminos no estamos, si observaras que tu vida la comparto y la acepto como mía, que más horas del día vivo contigo que cualquier otra compañía. Y el sufrimiento que me azota, te lo escribo como versos, porque siento tu tristeza en cada ritmo de un latido. Comprende lo que digo, sólo en tu alegría yo reiré contigo. Syd.

El amor que es como el agua no se puede contener, irriga todos los campos que encuentra en su camino. Baña con agua cristalina, pureza que te alivia cuando con sed vivías, así es el amor que por ti yo siento, inmenso en todo momento, pues ágil y fresco está en tu siembra y no se alejará hasta que coseches las semillas que están en tus adentros, que germinen por tu mano y coseches los frutos que sólo Dios te ha dado. Syd.

Entre las tinieblas aparece su figura, delgada y curveada con suave finura, se mece lentamente y se acerca sin tropiezos, me mira directo como lo hace un perro a su hueso Notando mi sorpresa, cambia su mirada, sus ojos se hicieron como una dulce mañana, vuela su cabello con un viento repentino. Se acerca cautamente sin perderme de vista, no se qué expresarle, no comprendo este momento, era cautivante su mirada, más aún porque no parpadeaba. Cómo un salto de felino, sus manos me sujetan reduciendo mi visión, no me susurra nada, ya ni siquiera me miró. Sólo separa sus labios y los acerca a los míos, con profunda presión los desliza y vence la resistencia que ya ni tenía. Pero tan ligera como vino, se pierde en la noche y no percibo su brillo. Mis ojos la siguen curiosos, aunque lejos ha partido. Que breve momento disfruté, en compañía de una mujer... a la que nunca amé. Syd.

Ven a navegar por mi cuerpo desnudo, con tus manos ardientes de pasión descubre mi sensibilidad y ahógate en mis ríos de ansiedad. Recorre cada parte de mi cuerpo, que deseoso está de ti estremécete y entrégate que tu excitación me hace desmayar. Acaríciame lentamente, hazme resurgir rodea mi cintura, bésame con locura, hazme delirar, enrédate en mi cabello y no me dejes nunca escapar. Mírame a los ojos mientras tus manos siguen recorriendo mi cuerpo encuentra mis oscuridades y navega en ellas sin recelos. Déjame sentir tu firmeza que provoca jadeos y suspiros sin frenos ni esperas. Ámame esta noche desnúdame, que necesito hoy sentirte dentro de mi y disfrutar lo nuestro como cada noche se vuelve éste... nuestro tan esperado encuentro. Silvia.

Sacrificado no fue por su ideal, no plasmóse el resultado que viene de perseverar, alejóse lentamente sin credibilidad. En los cortos momentos que vivió un despertar, agitado su corazón estaba, que sintió en su oído susurrar. "Sigue fuerte y valiente, no dejes que me aleje, que vivo alegremente en el pecho de un hombre valiente." Esfuerzos vanos que acabaron una noche de dolor, es cierto que él sabía que ya no vería la luz en su corazón. Cada año que ha pasado, se pregunta en silencio ¿hasta cuándo aletargado estaré? más respuesta nunca ha encontrado. Enjuto como está hoy, al mirarse en el espejo no causa su asombro, porque es poco lo que asoma, porque poco soy. Syd.

No hay palabras de aliento que me animen como un beso; cuando me hablan o aconsejan los escucho y no entiendo, ¿Por qué cuando me besas entiendo todo en ese momento? Syd.

Cuando me siento en soledad, cuando nada me puede hacer sonreír, es cuando más te extraño. Son los momentos que el frío se apodera de mi cuerpo, y es que tanto te extraño que duele mi pecho al saberte lejos... tan lejos de mis manos y de mi vida. Duele aquí en mi vacía vida Mis ojos perdidos en el horizonte te buscan, miro al infinito, y a cada estrella que brilla en el firmamento le alzo una plegaria para que tú también me lleves en el pensamiento. Y duele al no poder tocarte, no poder sentir tus besos, estas distancias son tan fuertes que me derrumban al saber que pronto llegará otro día, y será otro día... de no tenerte cerca. Doy vueltas y vueltas en mi cuarto, enciendo un computador para saber si ahí te encuentro, me siento frente a él y tu no estás... leo poemas tratando de matar el tiempo, arrugo viejos papeles donde más de una noche tu nombre grabé... Larga es esta noche en la que espero y no estás… Y sigue transcurriendo el tiempo, no sé nada de ti... me estoy hundiendo en el