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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Para alguien que no conocí

En este rincón oscuro de mi vida, en este aposento del dolor, te escribo unas cortas líneas, con la esperanza de que un ángel te entregue mi aflicción. Porque desde que no te vi y supe de tu partida, he vivido con la angustia de no luchar por ti como debía. Perdona mis lágrimas, perdona mis lamentos, no pude conocerte, no tuve el valor en aquellos días. Cada noche que te recuerdo y cada día que te pienso, vivo una tragedia como una hoja que se seca bajo el sol del desierto. Y por ti lo siento tanto hoy en día ¿Dónde estás? Me repito sin respuesta ¿Vive en ti la chispa de la vida? Pero no hay vida en mi cuando te recuerdo, por eso ruego al Señor por nosotros, porque es el drama de algo que no sucedió. ¿Porque nunca llegué a conocerte? ¿Por qué el destino nuestra reunión trabó? Nadie sabe que te llevo, pues nadie ve mi corazón, y nadie presiente que cada año que pasa, acaricio más nuestro encuentro. Así, cuando esté a tu lado algún día, quizá allá lejos detrás del firmamento, no me guard