Espérame

Conocí en mis memorias la verdad de lo que fuí, el presente que yo tengo y el futuro porvenir. Callado me abstengo de murmuraciones, frías insinuaciones y delirios que perpetren mi voluntad, desarraigos maliciosos que me impidan avanzar. Espero con terquedad el divino despertar, aquel brillo celestial que palpita profundamente y que aguarda en mi pecho doloroso, el instante sublime y llenarme de gozo.

Delirio majestuoso que vendrá en ese momento, sin bombos ni platillos, ni mágicos fulgores, tan sólo un instante de resplandeciente calor, que borrará, para mi satisfacción, la tristeza y sollozo de una vida sin contemplaciones.

Te busco en el cielo, en la profundidad del mar y aún en las gotas que caen en una lluvia invernal, pero no te veo ni te encuentro y aún que te busque aquí dentro, no veo tu rostro ni siento tus movimientos.

Tan pocas esperanzas siento que me quedan, tu estás lejos y yo me quedo afuera, ausente de tu vida y lejos de tu memoria, no se cómo alcanzarte ni cual será mi historia. Como un pálido reflejo es mi rostro, sin el brillo de tu causa, escucha, aún en la distancia, que si no detienes tu marcha, quedaré lejos, viviendo sólo de añoranzas.

Syd.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lejos del hogar

Mi Querida Tacna

Cantar de arrepentimiento

Anoche soñé contigo

Eterno silencio

Dos personas que jamás se amaron

Infelicidad

¿Por qué me culpas?

Te esperaré hasta el fin

Invierno en mi vida