Rosa del Puerto

Dulce flor que escribes por la noches, que me anima con sus risas y me mima con sus besos, que comprende mis enfados y los olvida como un viento, esa eres tu, mi Rosa tan querida, que fuimos uno por algún tiempo y extrañamos viejos momentos, aquellos que no sabemos, si volverán algún día.

Tan cerca nos hayamos pero tan distantes en el tiempo, las veces que nos vemos lo hacemos con sonrisas pero en el fondo nos decimos: "abrázame, tómame a la fuerza y no dejes que me escape, acaricia mi rostro tan sediento de tus manos, las que me han dado tanto afecto".

Cómo fue que pasamos por ese malecón, aquel que de noche disfrutamos pero sin ningún roce de nuestras manos, nunca te lo dije pero ahora me animo, yo quería que me abraces y me cobijes en tu nido.

Así que cuando vuelva a tu puerto, encallaré mi nave en tus playas, bajaré a ella y tomaré a mi enamorada, mirando el horizonte estaré, mas allá de donde van las aguas, añorando que traigas flores, para intercambiar besos y amores.

Desde el sur viajo hoy a ver a mi amada, una rosa frente a la playa, marcho yo con esperanza y buen humor, esperando entregarle todo mi afecto y susurrarle su nombre en su interior, quédate un momento que quiero decirte en estos versos, lo que no me animé cuando estaba en tu puerto.

Daniel.

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