Tren sin retorno

Mil noches aguardando en silencio yo estaré, compungido y agotado,
pero decidido y arriesgado, he puesto mi corazón
en una mujer que no ha de volver.

Volver de un viaje sinfín, de una aventura desordenada,
de apetitos que sembré y cosechas que recibí,
en un entuerto la metí y no sé como ayudarla a salir.

Salir con la victoria entre las manos, agitando ese banderín,
mostrando su linda sonrisa a quienes ve venir,
aquella que no olvido aunque nunca pude verla.

Verla caminar y sonreír, acercarse delante mío y saludarme
con un beso sinfín, decirle buenos días y gracias por venir,
sólo en sueños estaría esta idea en mi.

Mi sueño era simple y así se quedará, de ese viaje que inicia
nunca volverá, pero yo no me resigno y la despido con amor,
si un día vuelve encontrará a quien dejó.

Dejó en un paradero, de donde veo como el tren se aleja
llevándose toda mi ilusión, Bendita Gracia ilumina ese camino
para que encuentre un buen destino.

Destino que afronto desanimado, aquella musa que recibí
y que por segunda vez perdí, se esconde en el horizonte
en un viaje en que no la acompaño.

Daniel.

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